viernes, 18 de junio de 2010

¡¡¡Viva la Guardia Civil!!!

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Yo alucino. Veo chiribitas. No sé lo que tengo alrededor. Completamente obnuvilada, oiga.
El Almirante Atorrante es único para montar unos rollos patateros de agárrate y no te menees. Y todas sus amebas caen al suelo babeando.

Desde que regresé, después de dos semanas fuera de combate, me he estado conteniendo porque la verdad, si lo van a encerrar en la cárcel por gritar ¡Viva la Guardia Civil!, pues cómo que no, que no hay derecho. Pero claro, al final mi paciencia ha tenido su recompensa y el pirata tuerto se ha delatado una vez más. Este pobre hombre no tiene remedio. Es cómo un niño que cuando hay visitas en casa no sabe qué hacer para llamar la atención.

Ha mostrado documentos. Lo que pasa es que las amebas son legos y los leen como el que lee la cuenta del súper: sin enterarse de nada, pero poniéndo cara de que sí ante la cajera, por aquello de sentirse importantes. Ainsss...
Sólo faltaba su compinche, el Decano de los abogados vasco, ese que llama ropones a los togados. Este pobre tipo tiene una obsesión enfermiza que no le permite vivir a pesar de que atiborre su cueva con pinturas de grandes autores. Hitler también era amante de la cultura...

Bueno, me reconforta que esta vez el viejo no me haya echado la culpa a mí porque con su enfermedad mental, no sería raro, teniendo en cuenta que el juez ese es de Sabadell (Barcelona).

VivalaGuardiaCivil.jpg picture by bibliotecaria2000

Que este pequeño valiente enseñe al abuelo Cebolleta un poco de dignidad si es posible.

¡Viva la Guardia Civil!

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